OPINIONS i PROPOSTES

POCA DEMOCRACIA Y MALAS FORMAS

dimecres 30 de abril del 2025, Sant Andreu de la Barca

Empecemos con dos definiciones de la Real Academia Española de la Lengua:

-Autoridad: Poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho.

-Autoritarismo: Actitud de quien ejerce con exceso su autoridad o abusa de ella.

Las urnas otorgan autoridad a los gobiernos. Eso es algo absolutamente indiscutible. Ni un pero. Y aceptar los resultados resulta justo y democrático.

Ahora bien, la autoridad te la dan los demás en un momento concreto, aunque ésta se mantiene o se acrecienta con hechos, con humildad, con un buen manejo del poder que te ha sido otorgado, usándolo desde la equidad y la justicia.

El autoritarismo es una actitud que traspasa esos límites, que usa el poder para imponer una única voz, para evitar el debate y la confrontación de ideas, para empequeñecer y ningunear a los que no piensan como tú. Algo especialmente preocupante en el gobierno de personas e instituciones.

Confundir la autoridad con el autoritarismo es como considerar que alguien te debe obedecer a base de gritos y no desde el diálogo y el convencimiento.

Gobernar es también dar espacios a los rivales, nunca enemigos, escucharlos y no tratarlos desde la condescendencia y el desdén.

Sant Andreu de la Barca necesita un cambio de verdad, visto que el anterior prometido no era más que eso, promesas huecas.

Sant Andreu de la Barca necesita un gobierno que escuche de verdad dirigido por un alcalde que dé juego, que no trate de forma desigual a los partidos de la oposición en base a apreciaciones personales. Un alcalde debe ser justo por definición.

Y, por encima de todo, debe tratar con respeto y educación a sus vecinos y ser paciente y empático cuando te expliquen un problema; porque habrá más problemas que elogios en la gestión municipal y porque nunca, nunca debe permitir que un vecino no se sienta bien cuidado por su mayor representante.

Os proponemos a todos y a todas un cambio de estilos de verdad, que apueste por una participación interpretada en sentido amplio, alejado de la poca democracia y las malas formas que, tristemente, protagonizan esta época.

 

Juan Pablo Beas