En este año de conmemoración, Cataluña celebra el primer milenio de la Virgen de Montserrat, conocida popularmente como La Moreneta. Más que una imagen sagrada, La Moreneta ha sido durante siglos el nexo espiritual que une a todos los catalanes, más allá de ideologías o generaciones. Su rostro sereno y su color oscuro, atribuido al paso del tiempo y la devoción incansable de sus fieles, representan la esencia de una región fuerte, piadosa y profundamente arraigada a su identidad.
La Virgen de Montserrat no es solo un símbolo religioso, sino también un emblema cultural de Cataluña y España, Su santuario, enclavado en las montañas mágicas de Montserrat, ha sido refugio de peregrinos, artistas, santos y luchadores por la libertad espiritual. En La Moreneta, los catalanes han encontrado desde siempre el ejemplo de la madre protectora, aquella que ampara en tiempos de dificultad y que inspira a seguir el camino de la verdad, la justicia
En un tiempo donde las tradiciones cristianas que cimentaron nuestra civilización se ven desafiadas por el avance de religiones ajenas a nuestra historia y costumbres, el legado de La Moreneta debe ser protegido y fortalecido. No como un gesto de exclusión, sino como un acto de amor y responsabilidad hacia quienes nos precedieron y hacia quienes nos seguirán. Preservar nuestras costumbres cristianas es mantener vivo el latido de una Cataluña auténtica, rica en valores, respeto y firmeza en la fe.
Este milenio no es solo una celebración de pasado; es un compromiso con el futuro. Honrar a La Moreneta significa reafirmar nuestra identidad, ser fieles al espíritu que durante mil años ha guiado a nuestro pueblo y seguir transmitiendo, generación tras generación, el amor a nuestra tierra, nuestra cultura y nuestra fe.
Que La Moreneta siga siendo para todos un faro de esperanza y unión en los tiempos venideros.
Amador Vázquez